Somos una Fundación Diocesana constituida en el año 1984 como una entidad privada sin ánimo de lucro para impulsar la creación, desarrollo y perfeccionamiento de toda clase de actividades y servicios en el campo del tratamiento de las adicciones.

Por ello promueve en 1985 la apertura de Gizakia Helburu (Proyecto “Hombre” en castellano como traducción literal del italiano Progetto Uomo) para la atención integral de drogodependientes y sus familias.Este Programa atiende actualmente a personas afectadas por otros tipos de adicción.  En el año 1997 amplía su ámbito de actuación creando el programa Norbera que aborda las diferentes problemáticas propias de la adolescencia, que pueden llegar a generar situaciones de riesgo y/o desprotección, y de sus familias.

Históricamente y también en la actualidad la presencia de hombres en nuestros programas de tratamiento de adicciones ha sido mayoritaria (80%) con respecto al de las mujeres (20%).

Desde hace años algunas personas de la entidad sugirieron la necesidad de aprovechar la ingente cantidad de datos que aportaba nuestra base de datos relativa a las personas que atendemos  para utilizarlos en diferentes estudios que ayudaran a mejorar el trabajo en el Programa.  Y nos hemos animado a realizar un primer estudio sobre drogas y género: “La influencia de la socialización de género en las adicciones”. El estudio se basa en una muestra de 6.800 personas que desde el año 1985 hasta diciembre del 2017 han pasado por nuestros centros de tratamiento de adicciones.

Invita a la reflexión del trabajo diario y a la búsqueda de nuevas narrativas desde la perspectiva de género. Si está comprobado que una mujer de cada tres necesita ayuda, en realidad acuden una de cada cinco… Una mirada hacia el interior de cada cual, los prejuicios, costumbres, donde nos han educado para sentir, pensar y actuar como mujeres o como hombres en lugar de como personas. El estudio ha sido recientemente presentado a toda la plantilla de Fundación Izan, los usuarios y usuarias que están realizando el tratamiento así como a sus familias y también al Voluntariado.

En uno de nuestros ejes del II Plan de Igualdad, concretamente el relativo a PROGRAMAS Y GÉNERO, queremos que más mujeres lleguen a nuestros centros para lo cual entre otras medidas hemos tomado la decisión de visibilizar en nuestras presentaciones, folletos, o trabajo en red con otros recursos, a todas esas mujeres que quedan invisibilizadas en la sociedad. En todas esas presentaciones incluimos una una reflexión sobre la atención a mujeres con problemas de adicción.

Nuestro estudio recoge datos muy reveladores como por ejemplo el hecho de que la mayoría de las mujeres atendidas tengan entre 40 y 50 años y tengan problemas especialmente con el consumo de alcohol. La edad no es una casualidad. Son mujeres cuyo rol de cuidadora de sus hijos/as termina en ese período y sienten un gran vacío. En lo que respecta al alcohol las mujeres además tienden a consumir sustancias legales o socialmente aceptadas, manifiestan mayor culpa y vergüenza por su adicción y sufren castigo y rechazo social. Su mandato de género  las mantiene sufriendo  de manera invisible. En definitiva sufren mayor estigma y exclusión.