María Sánchez es veterinaria de campo y poeta. En este proyecto, de alguna manera, une esas dos facetas. Así define ella su proyecto ‘almáciga’:
“¿A dónde irán las palabras al desaparecer? ¿Qué ocurrirá con nuestras hablas? ¿En qué se transformarán? ¿Permanecerán latentes dentro de una crisálida a la espera de algún cambio? ¿Se convertirán en marcas y pinturas que dentro de muchísimos años los hijos e hijas del futuro serán incapaces de descifrar?
Estas preguntas llevan mucho tiempo atravesándome, de ahí la necesidad de empezar a recogerlas y hacer posible el libro de Almáciga. Me gusta ver el libro como un pellizco para empezar a recolectar, mirar de otra forma, preguntar, contar… Siempre tuve claro que este vivero no podía quedarse sólo entre páginas, que debía ser un espacio sin límites, que pudiera brotar y crecer gracias a las aportaciones de los demás. Por eso, esta página web, para recoger vuestras palabras, y poco a poco, compartir acentos, lenguas, historias, oficios… y todo lo que puede traer consigo una palabra al nombrarla y a escucharla.”
¿Recuerdas alguna palabra especial de tu abuela o abuelo? ¿Qué palabras guardarías en Almáciga?
Egun on!! Yo me acuerdo mucho de palabras que decía mi amuma, que cuando era pequeña me hacían mucha gracia. Ella era de Munitibar, y nos llamaba “umio”, umea en euskara, y otra palabra “eskusaue” que era baño. Me parece maravilloso el recopilar esas palabras, expresiones, son parte de nuestra historia.
Besarkada bat!
Que reto mas bonito!! Nos conecta a nuestras raices de una forma muy emotiva, verdad?
Yo pasaba todos mis veranos en el pueblo con mi abuela. A mil 1000m de altura en una zona que dicen que es Zamora pero que solo hablan gallego….
En la casa de mi abuela, yo tenia un lugar preferido. Era el “bochinche”. Un cuarto pegado a la casa, lleno de cosas viejas, aperos…era como un taller, almacén, ganbara…Luego lo convirtieron el mi cuarto… BOCHINCHE es una palabra especial en mi familia.
También, me acuerdo que mi abuela utilizaba la palabra “luego” para decir pronto. Y esto nos traía alguna discusión… ella decía que viniese luego…. y yo claro volvía a casa…..pues eso, luego (que no pronto).
Mila esker!!!
Mi abuela que también era de Valladolid usaba la palabra “rodilla”, para designar un trapo de cocina.
Supongo que viene del hecho de que como cocinaban en el fuego de leña, que estaban casi casi en el suelo, se sentaba en una banqueta muy baja para remover la comida a fuego lento y se ponía el trapo en la rodilla para coger las asas calientes o limpiar alguna cosa que se caía
Me parece una propuesta muy buena. Yo no he tenido la fortuna de conocer a mis abuelos/as. O habían muerto cuando nací, o fallecieron siendo yo muy niña. Pero si se puede, me gustaría mucho recordar a mi madre, y una palabra que ella utilizaba y que a mi se me ha quedado grabada, “calcañares”. A mi me sonaba muy fuerte, aunque solo hace referencia al talón del pie. Con el tiempo, ya no vive, he pensado que era debido a que tenia problemas con los zapatos que utilizaba, creo.
A mi me trae buenos recuerdos la palabra “mandil”…la usaba mucho mi abuela de Valladolid y nos lo poníamos para proteger la ropa antes de hacer pastas, magdalenas, etc. y disfrutar de buenos momentos y sensaciones.
Muchas veces pensé que mi abuela tenía un vocabulario propio. De hecho, tengo una libreta en la que apuntaba las palabras (sus palabras) que más me llamaban la atención. Pero nunca olvidaré un día en coche, la llevaba a casa, había mucho tráfico y de repente abrió la puerta y me dijo: «tranquila, hija. Yo me ‘descolgrajo’ de aquí para abajo». Me dio un ataque de risa y desde entonces, en mi familia para bajarnos del coche decimos: «¡me descolgrajo aquí!» 😉
Egun on!!!!
El zacho, es decir la azada… así se dice en el pueblo de mi padre que está en Zamora…. hay muchas palabras distintas… qué buena idea la de recogerlas…forman parte de nuestro patrimonio cultural!
un abrazo y feliz día!
Ane